El celo por tu casa me consume
La corrupción es algo que ha afectado a la humanidad desde el principio de los tiempos. Frente a esto, debemos saber discernir la verdad del error, escudriñando las escrituras para ser librados del engaño. Pero además, nosotros mismos como templo de Dios, debemos erradicar de nuestras vidas todo aquello que no le agrada al Señor, que nos impide crecer en intimidad y santidad. El celo por Dios empieza por examinarnos a nosotros mismos.