Nuestro Protector
¿Por qué pedirle a Dios que no nos meta en tentación, si Él no tienta a nadie? Esto lo debemos hacer porque somos débiles, viviendo en medio de un mundo peligroso; y también para que Dios no permita que los sufrimientos y pruebas inevitables de la vida, se conviertan en tentaciones de las que no podamos salir.