¿Cuántas veces ha quedado evidenciada nuestra falta de firmeza? ¿Cuántas veces hemos pensado en tirar la toalla y rendirnos? La gracia de Dios que sostuvo a Pedro lo hace con nosotros, y Dios mismo también nos afirmará para que pase lo que pase podamos estar firmes hasta el final en la roca que es Jesús, sin que absolutamente nada nos mueva de nuestra convicción.